La absurda burocracia de las constructoras

 

¿Qué?

Certificado de estar al corriente con la seguridad social…

contrato del servicio de prevención..

evaluación de riesgos específica para los trabajos a realizar…

o

certificado del servicio de prevención indicando que se ha realizado…

Acta nombramiento y datos de contacto del recurso preventivo y certificado de formación del mismo (curso 60 horas)

Póliza de seguro de responsabilidad civil

(sigo y no estoy de coña)

Contratos de trabajo…

… altas en la seguridad social…

entrega de EPIS y autorización de uso de maquinaria.

¿Para qué?

2

putos

espejos

de 140 x 80 cm.

Menos de 500€.

¿Cómo pagan?

Confirming 240 días.


Esto que te cuento forma parte del procedimiento habitual de contratación en una Constructora.

Parece de cachondeo pero es cierto. Toda esa retahíla de papeles para cobrar la colocación de dos espejos en un centro comercial.

Es un absurdo total.

He pasado por alto, para no aburrirte, la fase de presupuesto y el tema de las retenciones, que también es digno de mención.

Todo esto lo sé porque trabajo en la mejor cristalería de todo Tenerife y estas cosas nos pasan de vez en cuando. Por suerte son un porcentaje muy pequeño de clientes en nuestro día a día.

Hace años que descubrí que hay vida más allá de la construcción. Te lo cuento en “cómo conseguí ingresos cuando la cosa se puso chunga“. Ese sano período, de desintoxicación del hormigón, me sirvió para descubrir el funcionamiento del comercio local, el de toda la vida.

En el comercio local la gente no paga a 240 días. Te puedes morir antes.

La señora Matilda no te pide tropecientos papeles para colocar una mampara de ducha en Tenerife. La señora Matilda es normal.

El señor Paul no chequea el historial médico del instalador, ni le pide el diploma de no se qué… El señor Paul también es normal.

En general, en el comercio local, la gente no pide un montón de gilipolleces que luego no lee ni dios.

Allí, en el cercano comercio local, la gente es normal.

La gente busca profesionales competentes que realicen un buen trabajo por un precio de mercado. Es todo bastante sencillo.

Presupuestas, trabajas, cobras.

Y antes de que me digas que todos esos papeles son necesarios:

por si hay un accidente,

por si dejan los trabajos mal,

por si la empresa es insolvente,

te pregunto yo a ti

¿Acaso ha funcionado antes?.

¿Ha funcionado de algo toda esa mierda de papeleo para evitar la crisis?.

¿Te sirvió de algo el carajo del papelito para evitar que todos hayamos ido a tomar por saco?

¿Muchas palabrotas juntas? Lo siento.

Toda esa basura de trámites que inventaron las constructoras grandes para tener la sartén por el mango no sirvieron más que para empeorar las cosas.

El problema es que, ahora que empieza a activarse el sector, compruebo con horror que toda esa burocracia renace con más fuerza.

Los jefes de obra, en vez de dedicarse a controlar la obra, se convierten en administrativos que sólo saben pedir papeles por email. Siguen las instrucciones del departamento contable sin rechistar. Qué lástima.

En definitiva, el gran problema que tiene y ha tenido la construcción, es que está gobernada por gente que no es del sector.

Siempre he afirmado que los técnicos, los y arquitectos, hemos pagado los platos rotos de los que nos contrataban y de los que vigilábamos. Ninguno de ellos, ni los que nos pagaban, los promotores, ni los que vigilábamos, los operarios, tuvieron nunca ninguna responsabilidad con nombre y apellidos. Ahí está el problema.

Al final resultó que por culpa de los azulejos mal colocados por aquel albañil cabrón, yo tuve que pringar.

Al final resultó que por culpa de que el promotor obligó al arquitecto a cambiar la calidad del proyecto, yo tuve que pringar.

Y como yo, muchos.

Y ahora, años más tarde, vuelven los de siempre. Vuelven las constructoras con la misma metodología de contable, a hacer el negocio sin importarle el fin último, la buena construcción.

Y ahora te hablo a ti Jefe de Obra. Porque si alguien me interesa dirigirme, es a ti honorable Jefe de Obra. Haz respetar tu oficio.

No puedo cambiar la mentalidad del promotor, que procede de otro sector, ni la del director general de tu empresa, que también procede de otro sector. Lo que sí que puedo es contarte que hay otra forma de hacer las cosas.

Para evitar que te dejen remates en la obra o que hagan las cosas mal tienes que tener un buen encargado y tienes que pisar la obra mucho todos los días. Ese es el único remedio eficaz.

Tendrás que echarle más huevos que el caballo de espartero, u ovarios, pero no queda otra. No tendrás amigos.

Cuando te pidan tantos papeles desde el departamento contable les preguntas que si son gilipollas (de mi parte).

Cuando veas que se demoran los pagos les armas un “la de dios es cristo” para que le quiten las ganas de volver a hacerlo. Recuerda que tú das la cara en obra.

Si eres un Jefe de Obra tú lo controlas todo. No vale estar ahí sólo para exigir y pedir papeles. Tienes que cumplir y exigir que cumplan con los compromisos pactados. Caiga quien caiga, aunque sea de tu empresa.

Un Jefe de Obra hace obras, no pide mariconadas por email.

Un Jefe de Obra es el capitán de la obra y se encarga de llevar la obra a buen puerto, junto con el personal propio y las subcontratas. Todos reman en el mismo sentido, en el sentido de la buena construcción.

Un Jefe de Obra hace los comparativos con la mirada. Miras a los ojos del que te trae la oferta y piensas “¿este tipo me va a joder?“. Si crees que “te va a joder” entonces no lo contratas, aunque sea el más barato.

Un Jefe de Obra no necesita tantos papeles para hacer una obra.

Es más cómodo pedir un papel que hacer bien el trabajo de Jefe de Obra.

Es más cómodo tratar de cubrirse las espaldas con un contratito que vigilar a la subcontrata y echarla sin contemplaciones si realiza mal el trabajo.

Prueba esto.

Empieza a trabajar la empresa de alicatados. ¿Lo hace mal?. Pues fuera de la obra, sin contemplaciones. Si dejas que lo haga mal el perjudicado vas a ser tu. ¿Qué mas da que ellos no cobren las retenciones?. Eso no va a resolver tus problemas. Hay que atajar los problemas al momento. Así actúa un jefe de obra.

Prueba esto también.

Empiezan a trabajar los yesistas. ¿Lo hacen bien?. Ayúdales!. Pónselo fácil, para que trabajen contentos, que hagan metros, que mantengan el tajo limpio. Preocúpate de que cobren puntualmente. No los puteés. Al contrario, defiéndelos. Exígeles pero ayúdales y te estarás ayudando a ti mismo.

Y para despedirme, Jefe de Obra, utiliza toda tu influencia para no dejar que la construcción siga siendo tan poco profesional.

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